miércoles, 26 de abril de 2017

¿Qué es una condecoración?



No hace mucho, diario CAMBIO publicó una columna mía. En ella hice referencia a la cortesía, a la urbanidad, a la cordialidad y a la honradez como virtudes propias muy nuestras. Alguien pensó que había exagerado un poco y me lo hizo notar. No obstante me reafirmo en mis dichos.
 
Somos también sencillos y quizás muy austeros. Por eso hay temas que nos resultan lejanos. Sin embargo, Uruguay como país soberano e independiente lleva a la práctica usos y tradiciones universales. Entre ellas están las condecoraciones. Los italianos emplean el término “decorazione”. Quizás sea así para algunas personas. Nuestro país posee la condecoración de la ”Orden  de la República Oriental del Uruguay”, que otorga únicamente a los extranjeros. Argentina posee, por su parte, la ”Orden del Libertador San Martín”
Nuestra condecoración se concede a personalidades extranjeras en reconocimiento por actos meritorios o extraordinarios prestados al país o en grado a base de reciprocidad. Pocos años atrás Julio Bocca recibió ese reconocimiento por su labor artística, siendo argentino.

Esto de las condecoraciones trae aparejado algún problema. La “Orden de la República Oriental del Uruguay” posee grados. Ellos son: Collar, Gran Cruz, Banda, Comendador, Oficial, Caballero. El Collar es una joya que, en principio, sólo puede ser llevada sobre el frac. Esta vestimenta está en desuso en nuestro país. Recientemente hemos visto imágenes de la visita de Estado del presidente de Argentina a España y a los Países Bajos. Allí fue condecorado vestido de frac. 
Me parece que no hay cosa más ridícula que la colocación del collar sobre un traje de calle y además, sin corbata. El buen tino hará que, con toda humildad, se ponga el reconocimiento en manos del condecorado haciendo antes un ligero además sobre el hombro. En fin. Así se procede en la actualidad con las ofrendas florales. Antes, nuestros gobernantes las cargaban con un poco de esfuerzo hasta un monumento. Ahora las flores permanecen reposando antes del comienzo del homenaje. Después, la autoridad correspondiente se acercará y, con un gesto, tocará la ofrenda.

Somos un país soberano e independiente pero como “lo cortés no quita lo valiente”, seguimos las tradiciones del llamado “derecho premial”. Existen también algunas condecoraciones del orden castrense. Todos estos reconocimientos- civiles y castrenses- llevan por lo general una miniatura. Es una especie de distintivo. La prudencia nos llevará a no indagar mucho como tampoco lo haríamos sobre una prenda de vestir. Cuentan que a un empresario le fue presentado un colega francés. Llevado por la curiosidad le preguntó por el “escudito” que llevaba en la solapa. La respuesta fue muy dura: “Señor, es la Legión de Honor”. 
 
Los recuerdos de mis estudios madrileños me llevan a recordar una anécdota empleada en clase por un profesor. Habían invitado a una personalidad para asistir a un acto muy solemne “con condecoraciones”. Se vistió correctamente y a último momento se dio cuenta que no llevaba una condecoración. Buscó entre varias cajas y vio una muy bonita. Sacó una medalla que iba bien y se la prendió.  Salió rápidamente y como siempre abundan las personas curiosas, lo abordaron para preguntarle por tan original condecoración. Con mucha vergüenza leyó en el anverso: “Recuerdo de mi Primera Comunión”.
 
 

Roberto Cava De Feo
Para CAMBIO
 
 

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